Escrito 0013 – Perdido |
Por un tiempo me perdí, por un tiempo me perdí y no supe más
de mí. Fue un tiempo en el que quise saber quién era yo, un tiempo para saber
de mí y lo que significo. Me prive de todo y de todos, inclusive quise apagar
esa pequeña voz que siempre suena en mi cabeza y que siempre siento como me
susurra cosas, me susurra cosas que me dividen en dos: una de esas partes es mi
mente, mi parte racional que me dice si hago las cosas bien o mal, es esa parte
que me impone reglas, esa parte que la sociedad ha hecho crecer dentro de mí y
que me dice que todo lo que haga en este mundo para mi beneficio está mal y que
por más que yo quisiera obtener algo, jamás será lo correcto; la otra parte es
mi corazón, esa parte emocional, sentimental que me dice que haga siempre lo
que me dicte mi corazón y que deje de pensar un momento en lo racional, que me
dice que deje de lado todo lo que pueda pensar la sociedad y que dedique mi
tiempo a hacer todo aquello que siempre anhele.
Nunca me ha gustado debatir conmigo, al menos no de esa
manera. Siempre que son este tipo de “platicas” internas termino más perdido de
lo que inicie, es por esto mismo que dure un tiempo perdido, sin rumbo. Yo era
un barco a la deriva que solo dejaba que el mar lo guiara hacia donde quisiera
y dejaba que hiciera de mí lo que deseara. Durante ese tiempo una intensa
niebla me cubrió por completo, me cubrió de tal manera que me impedía ver
incluso mis manos, no podía verme, no me encontraba y mucho menos podrían
encontrarme. Cada segundo, cada minuto, cada hora, luchaba por salir de tan
densa niebla pero por más que luchaba más me internaba en ella, a cada momento
me perdía más sin saber qué hacer. Una noche fría y sin más fuerzas para
luchar, me deje caer al piso, primero mis rodillas tocaron el suelo, después
una por una mis manos se apoyaron de igual manera y sin fuerzas para sostenerme
me derrumbe y me gire sobre mí mismo hasta quedar con la vista a donde se
supondría que estaba el cielo. Poco a poco el sueño fue ganándome hasta caer en
un profundo sueño; me soñé en ese mismo barco a la deriva, pero en esa ocasión,
a pesar de ir a la deriva yo luchaba, lucha por dirigir mi barco aunque no
conociera mi rumbo, no le temía a nada ni a nadie, al contrario, me apasionaba
saber que existían cosas por conocer, cosas que jamás había visto y que quizá,
si el rumbo era el correcto y si en mi destino estaba, estaría a punto de
conocerlas. Navegando me encontraba y navegando desperté, por alguna razón
entre sueños mi cuerpo como movido por hilos se dirigió hacia el timón y justo
al llegar a él fue que desperté, desperté con fuerza y determinación, no
dejaría que esta niebla me detuviera de mi camino, conforme iba avanzando entre
la niebla una tormenta comenzó, una tormenta que fue despejando poco a poco la
niebla y dejándome ver lo que había a mi alrededor, no me encontraba solo, el
barco no solo lo dirigía yo, aunque de cierta manera era solo yo, en el barco y
encada una de sus áreas había una representación de mi con distintas
expresiones. Al principio era un poco retorcido para mí, pero conforme fui
observando bien, me di cuenta que cada expresión era una parte de mí que yo
conocía muy bien, en la proa se encontraba mi más clara representación de
valentía, era esa parte de mí que aceptaba los riesgos como vinieran; junto a
mí en el timón, se encontraba esa parte intelectual que sabía que rumbo tomar y
que indicaciones dar; en el camarote estaba esa parte que siempre buscaba
protección, que le temía a todo y que solo buscaba un refugio para sentirse a
salvo. En ese barco estaban todas y cada una de mis facetas, las observe por un
buen tiempo y me di cuenta que había una parte que no había observado: a mí. Me
tomo un poco de tiempo pero al final me di cuenta de que expresión era yo… yo
era todas ellas, yo era el vínculo que las unía a todas y cada una de ellas,
sin mí no podrían existir, al igual que yo sin ellas no sería la persona que
soy. Solo cuando todas mis expresiones giraron hacia mí, sonrieron y
desaparecieron, fue que me di cuenta de que la tormenta había pasado, de alguna
manera y por extraño que suene, yo me ayude a salvarme a mí mismo. Quizá pueda
sonar un poco loco para algunos, pero es uno de los mejores viajes que he
podido dar. ¿Por qué? Porque fue un viaje en el que por un tiempo me perdí,
pero de la misma manera fue un viaje que me ayudo a reencontrarme conmigo mismo
y saber quién soy. ¿Quién soy? soy mis defectos y mis virtudes, soy mis
palabras, soy mis acciones, soy todo eso que puedo odiar y amar de ti, soy
alegre, soy depresivo, soy la persona más maravillosa del mundo y al mismo tiempo
soy la persona más repulsiva que podrías encontrar, soy todo lo bueno y lo
malo, soy especial, soy único, soy un desastre, soy mi mente y corazón, soy ese
vínculo que te unirá a mí de la misma forma que podría desapegarte de mí, soy
la música que suena en mi cabeza, soy las letras de esas canciones, soy la vida
que cuida la vida, soy mi voz y mi llanto, soy en ti todo lo que se siente, soy
lo que soy.
Participante
0013 – Irving Oswaldo Flores Tuyub
No hay comentarios:
Publicar un comentario