Escrito 0007 - La Doncella de Los Ojos |
Nadie ha visto lo que muchos ojos no ven, nadie sufre
tanto por las cosas que podrían pasar o por las ya pasaron; nadie me podría
describir como un alma tan pura se puede contaminar por solo una herida
superficial, la oscura soledad se va esparciendo como un veneno recorre tus
venas poco a poco va matando, destruyendo todo a su paso llegando a un momento
donde solo la muerte llega hacer una opción…
Los recuerdos consumen la mente hasta la confunden con
el dolor de un sentimiento atrapado siendo expulsado en ocasiones
desprevenidas, los ojos llorosos tratando de no liberar lagrimas destructoras,
pero solo así podrías ahogar tus penas, malos momentos se viven más que los
mismos buenos. pronto desaparecerás de un vaso agrietado donde yaces escondido
pero no reinaras en tu mundo porque yo seré tu pesar, yo te hare recordar cada
momento que odias y que intentas olvidar, seré como tu subconsciente, seré tan desapercibido
si me place, tus sombras y miedos serán parte de este mundo, y tú solo serás
digno de presenciar tal cosecha, cuando mueras no reencarnaras ni serás
inmortal porque nadie te echara de menos, a nadie le darás lastima, tú vives en
la oscuridad, una donde nadie puede ver ni escuchar, aquí no se siente solo se
vive en carne propia, todos lloran y gritan pero de lo mal que se sienten,
otros se han desfigurado por el tiempo.
Un mundo donde tus cadenas son tan frías que destruyen
cada parte de tu cuerpo, unas que otras lágrimas salpican las tierras plagadas,
de ellas surge un fruto que no puede ser ingerido a menos que desees una muerte
agonizante.
Podría existir un mundo mejor que este, no, no sabes
el tiempo que se lleva unir las piezas en sus lugares, organizar, construir,
aunque a la ves es fácil solo tienes que enseñarles un pasado no digno de su
vivir, procura que aquellas almas no posean una esperanza o fracasaras. ¿Donde estarás
Amelia?, la de los dulces ojos llorosos. Recuerdo que siempre temías que el
mundo no pudiera ver como ves, que por eso quisiste cambiarlo todo, ¿a donde mi
Amelia? ¿Donde habrás dejado aquellos ojos de bellos colores y de un blanco
como la nieve?…
A veces creo escucharte por las noches pero a la hora
de despertar no te encuentro, no te veo, ¿será que no estaré viendo como tu?, es
por eso que nadie te miraba y es la razón que no pueda verte, tu encontraste la
manera de ver sin necesidad de parpadear, sin tener que voltear la mirada
porque todo lo ves al mismo tiempo en que respiras. Cuando temí no encontrarte,
de que jamás volvería a verte, llore de tristeza pero algo curioso fue pasando
de que aquellas personas que te hacían sufrir en vida mueren de una muerte
horrenda, en las noticias explicaba como lo ocurrido, cuando los padres
encontraron los cuerpos vieron que sus ojos ya no estaban, arrancados
salvajemente por la inocencia de un alma en condena, mueren de un infarto por
no adaptarse a la oscuridad de aquel vacío.
Los cuentos de hadas no son más para asustar a los niños,
nada como un cuento antes de dormir…
Tengo un recuerdo que me atormenta, que se quedó
guardado en mi subconsciente desde aquellas ves, esa voz tan dulce…
_pronto veras todo a mi modo, descansa_
Oh!, Amelia amada mía como no pude notarte cuando la
oscuridad se te acercaba, ahora me atormentas, este pasado que desborda el
vaso, mirar más allá de las sombras.
Una noche
desperté con escalofríos en todo mi cuerpo, después encontré la puerta de mi
habitación abierta cosa que no recordaba haberla dejado abierta, enseguida al
final del pasillo oscuro sentí la presencia tuya, ya que siempre que veo oscuridad
me hace recordarte, pero esto es diferente siento como te vas acercando, poco a
poco se va oscureciendo en ese instante de desesperación enciendo la luz cosa
que me impide aún más verte, ya no siento nada.
Los días pasaron me torturaba porque me sentía
culpable por tu desaparición, muerta o en algún lado viva debes de estar pero
mucho tiempo ya ha pasado así que lo más probable es que estés muerta, desesperado
miraba cada objeto como instrumento de suicidio, pero no, no quería que
desaparecieras, si tus recuerdos están conmigo puedes seguir viva en este
podrido mundo al cual vinimos, un día me
decidí de una vez por todas, tome una hoja y escribí con tinta negra la nota de
mi suicidio, puse que no era capaz de soportar la idea de que por mi estas
muerta, no fui capaz de salvarte, así que te veré donde las almas van a ser
torturadas como en vida ya es.
Terminando de sentir lastimas mire al espejo y fue en
ese momento donde te vi Amelia tras a mis espaldas, sentí que era el momento de
saldar cuentas conmigo mismo, voltee lentamente con lágrimas de alegría porque por
fin ella pudo encontrar la manera de que los otros la vieran, esos ojos huecos
tan profundos y oscuros como la oscuridad que siempre la rodea, pequeñas almas
inanimadas se sentían en lo profundo, me acerque y le dije
_ya pronto veré a vuestro modo, pues a donde quiera
que vaya la oscuridad siempre me perseguirá_
Sonrió mientras me voy acercando lentamente mientras ella solo observaba, cuando me acerque sin dejar de ver sus huecos ojos y en un momento me paralizaron, alzo su mano tan cerca como pudo luego arranco salvajemente mis ojos encerrados a la idea de no tener que pensar y ver lo que no vale la pena ser visto.
_abre los ojos nuevamente, y siente lo real_ dijo
susurrándome
Mis piernas se debilitaron dejándome arrodillado, ya
no sentía emociones, no me torturaba la idea de perder lo preciado, mi alma
estaba nuevamente construida, ahora solo tengo que cumplirle a la doncella de
los ojos, a quien no quiere que vea como ella no ve… Duerme!
Participante
0007 - Jhoan Gacha
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