Hola a todos en este lindo Jueves, ya casi es fin de Semana, que bien, bueno, pues el día de hoy les podré otro relato sobre una carta que un hijo le dejó a su padre, sobre lo que su hijo siente y cómo es que actúa su padre, y cómo pueden mejorar las cosas, espero que les ayude mucho ya seas un hijo, o seas Padre…
En cierta ocasión, y tengo que reconocerlo, mi hijo no tenía comunicación conmigo ni yo con él, una noche cuando llegué del trabajo, encontré una carta en el escritorio que decía:
Carta de un hijo a su Padre |
Papá no me des todo lo que pida, a veces sólo pido para ver hasta cuanto puedo obtener, no me des siempre ordenes, si en lugar de ordenes me dijeras lo que debo hacer, lo haría con más gusto, no cambies de opinión tan a menudo sobre lo que tengo que hacer, decídete y mantén esa decisión, cumple las promesas buenas o malas, si me prometes un premio, dámelo, y también si es un castigo, no me compares con nadie especialmente con mi hermano o hermana, si tú me haces lucir peor que los demás entonces seré yo quien sufra, no me corrijas delante de los demás, enséñame a mejorar cuando estemos solos, no me grites, te pierdo el respeto cuando lo haces y me enseñas a mí también a hacerlo y no quiero hacerlo, déjame valerme por mí mismo, si tú haces todo por mí, jamás aprenderé a hacer las cosas, no digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti para sacarte de un apuro, cuando sea grande, aprenderé a mentir yo también, y por si fuera poco, me hace sentir muy mal y perdería la fe en lo que tú dices, cuando haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé, trátame con la misma amabilidad y cordialidad que tratas a tus amigos, ya que porque tú seas mi padre y yo sea tu hijo, no quiere decir que no seamos amigos también, no me digas que haga y tú no la haces, yo aprenderé y haré siempre lo que tu hagas, aunque no lo digas, y nunca lo que digas y tú no hagas, enséñame a conocer y amar a Dios, porque de nada vale si yo veo que ustedes no conocen ni aman a Dios, cuando te cuente algún problema mío, no me digas, no tengo tiempo para boberías o eso no tiene importancia, trátame de comprenderme, y ayúdame, y quiéreme, pero dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario…
Y aquí terminó la carta, espero que puedan tener más comunicación con ellos, los padres con sus hijos…
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