
Todos, incluyendo a sus padres creen que Bernardo acompaña y protege a Alberto. Pero nadie se percata que es Bernardo quien aleja a las personas de su hermano, porque según su pensar Alberto es sólo suyo; su reflejo, su sombra, simplemente una extensión de si mismo.
Nadie sabe lo que ocurre tras los confines de su habitación, a solas, en la oscuridad. Sólo ellos saben del amor que comparten: del roce de sus labios y sus eternas noches haciendo el amor.
Alberto se estremece cuando su hermano le susurra al oído: cuando le ordena que se despoje de sus prendas y se recueste en su lecho. Bernardo por el contrario, adora tener el control sentimental, físico y emocional de su hermano. Pero ninguno de los dos considera que su profundo amor es algo enfermo, lo ven como algo puro, la máxima expresión del narcisismo,
Alberto se somete y Bernardo domina, pero ambos se aman perversamente.
Participante 004 - Anton Bravo
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