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jueves, 15 de marzo de 2018

Escrito 0006 - "Carta a mi misma"

Escrito 0006 - "Carta a mi misma"
Jacky Gómez
Cocula, Jalisco a 10 de abril del 2017

…porque después de una vida de sufrimiento siempre hay un momento de gozo, por más pequeño que este sea

*Hola Maky, ¿sabes bien quién soy?, ¿oh amenos sabes que existo?, lo importante aquí es saber que leras esta carta, ¿sabes porque estoy segura?, porque soy Tu, claro aquella chica que en verdad eres, soy esa conciencia que a diario con gritos trato de llevarte por un buen camino, sé que a veces no me haces caso, que me ignoras pero siempre me escuchas y sabes lo que planeo para ti. El motivo de esta carta es porque me preocupas, sinceramente me preocupas, después de todo sabes que tengo razón, y que al final seré la única que te comprenda, estas triste, enojada con la vida, decepcionada, estresada, tratas de vivir la vida de una forma pasajera sin tomarle ese sentido de armonía, no tienes esa sonrisa tan grande y linda, ya no eres aquella pequeña que sonreía, que su imaginación era imparable, que vivía en un mundo perfecto, oh amenos en tu pequeño mundo. ¿Qué paso?, ¿realmente la vida te golpeo tan fuerte como para no levantarte?...

No me contestes, yo se la respuesta, si, si, la vida te dio el golpe más fuerte que pudiste haber pasado, te decepcionaron, todos, comenzando con tu familia, continuando con aquellas personas que solías llamar amigos, y que decir de aquellos amores a los cuales considerabas como el amor de tu vida. Sí, sé que duele vivir con ese pasado que no te deja avanzar, sé que duele volver a sentir aquellos tristes días donde poco a poco fueron borrando tu sonrisa.

Duele volver a ese día donde los pilares de tu vida te dieron tu primera decepción con esa mentira de "Familia perfecta" que transformaban en verdad ante la sociedad, ¿y eso basto?, si así lo hizo, si su objetivo era destrozarte por dentro déjame felicitarlos porque lo lograron. ¿Qué me detenga?, imposible, ya comencé y sabes bien que necesitas esta platica, sabes bien que necesitas ese encuentro contigo y hoy es el día, si va a doler porque recorreremos el pasado sin olvidarnos del presente y teniendo en cuenta el futuro, porque es importante que tengas presente estos tiempos ya que el pasado se fue, pero dejo huella, el presente es ahora, pero se malgasta, y el futuro es inevitable pero se llega cuando menos te das cuenta.

 Mi niña, llora, eres humana, una simple niña llena de defectos y miedos pero al final sabes que tus virtudes son las que saldrán. Ahorita es el momento perfecto para desahogarte,  vamos cuéntame de esa vez que tu mundo se destrozaba por ver que no sabías como defender a tu hermana en la escuela, oh como tratabas de defenderte de las burlas de aquellos chicos que se creían superiores pero que solo se mentían a ellos, porque ni siquiera sabían que querían, yo te veía cuando eras más pequeña, como jugabas y te divertías con todo, ¿Qué paso?, te quitaron tu inocencia, te quitaron tus sueños y deseos y no supiste superarlo.

¿Por qué no te aceptaban?, porque eras distinta, no solías seguir a nadie, te seguías a ti misma y eso te bastaba, oh ¿será por aquel accidente?, ese que marco tu vida por completo, 2 años linda, tan pequeña, ¿Por qué a ti?,  tal vez el ¡por qué! no interesa en realidad, el ¡para que!, ese es el que realmente te debería importar, sucedió, te contare la historia…

Fue un día muy normal para todos, fuiste con tu bisabuela de visita, su casa quedaba a cuadra y media de la tuya, eras una niña tan vaga, corriendo por todos lados no podrían ni siquiera ir de tras de ti, ¿Qué paso?, tu mamá estaba ocupada al igual que tu abuela y que decir de tu bisabuela, fueron segundos cuando te les desapareciste, saliste como de costumbre a comprar dulces en la tiendita de enfrente la diferencia fue que te fuiste sola, la puerta de la casa estaba abierta, saliste, corriste pero a media calle te quedaste; paso un camión, manejaba un hombre tan corajudo que hasta la cara la tenía de malvado, eras tan pequeña tan solo 2 añitos, el hombre manejaba no te alcanzo a mirar al mismo tiempo que no alcanzo a frenar y paso, te atropello, sabes qué fue lo curioso, que tu pie derecho fue el que quedo dentro del carro, por debajo claro, pero el que quedo fuera, el izquierdo fue el que sufrió las consecuencias, todos salieron a ver en cuanto escucharon el afrenon, unos gritando ¡la ambulancia, traigan una ambulancia!, otros ¡señor hago algo!, ¡su mamá, donde está su mamá! Y un sinfín de frases. Tu mamá salió corriendo con la esperanza de que no fuera su pequeña, lamentablemente su pequeña se encontraba en el suelo llorando a gritos, ¿me preguntas que hizo el hombre?, bien, no hizo absolutamente nada, solo se fue, dejo a una niña atropellada como si lo hubiera hecho con un animalito, el humano es un ser incomprensible, que no entiende el daño que puede causarle a las personas por eso no le guardes rencor por favor.

Lo que paso después te lo sabes de memoria, lo que quiero es que este "primer trauma" por así decirlo o porque no, llamarlo Fantasma, lo superes. ¿Cómo?, aceptando que el pasado ya está muerto, no volverá, aprende de cada cosa que te pasa, acéptala. Mi objetivo de esta carta es que recorramos juntas el pasado, que recuerdes, veas las cosas buenas que obtuviste y que sigas adelante. Al final haremos un compromiso juntas.

¿Recuerdas a tus pilares cayéndose por las decepciones?...

Desde que tienes uso de memoria recuerdas y ves a tu padre de manera contraria a otras niñas. En la infancia, no fue tu príncipe, ni tu súper héroe ni mucho menos "el mejor papá del mundo". Fue el hombre grande, golpeador, maltratador que no demostraba su amor, y que nunca estuvo contigo, no por abandono pero si por trabajo, y a pesar de que descansaba un día a la semana solo era para hacer pleitos, te creó un miedo, miedo a los hombres, miedo a que te lastimara. Te quito el gusto por verlo un día a la semana y te creó el miedo que llegara su día de descanso. Tu padre quedo convertido en el villano de tu propio cuento.

Tu madre, esa victima que veías como salía adelante a pesar de todo. Era la mejor amiga, no querías separarte de ella ni un momento, ella siempre estaba ahí, te cuidaba, se preocupaba por ti y a pesar de que le demostrabas tu amor, ella tiro tu confianza a la basura, el pilar más fuerte se caía frente a ti, el pedestal donde la tenías desapareció. ¿Cuál fue el trauma?, ya no demostrarle a nadie tu amor, no confiar en nadie.

Creció un rencor en ti que hasta la fecha no ha desaparecido, un rencor tan incapaz de perdonar. ¿Cómo las dos personas que más amas, fueron las que quitaron la sonrisa de tu rostro?

Ese fue el fantasma número 2. ¿Te recuerdo el tercero?...

Era un día normal, estabas tan nerviosa y al mismo tiempo tan entusiasmada por la etapa nueva que experimentarías, la escuela, todo iba bien, ¿pero recuerdas a las amigas "populares"?, claro que sí, las que por no seguirlas te hicieron la vida insoportable…

El típico Bulliyng  durante la escuela y la secundaria junto con los problemas en tu hogar, que vaya fueron muchos, hicieron que tu vida no fuera como esperabas, tu sonrisa cambio, pero algo te salvo de repente. Tu Imaginación hizo que tu vida tuviera ese toque de ti, gracias a ella estoy yo, tu mejor amiga, la que nunca te traicionara. ¿Sabes qué fue lo grandioso de la secundaria?, que aprendiste muchísimo, todo lo malo que pasaste te ayudo para ser mejor persona hoy, ahí fue donde conociste la verdadera amistad junto con su traición, ahí conociste lo que significa el valor de un guía llamado maestro, ahí conociste el amor, a pesar de lo malo, recuerdo como tu sonrisa el día que saliste no se comparaba con nada, ¿te acuerdas de la cara de tus compañeros cuando te dieron ese diploma de primer lugar?... je sí, verdad, y como mientras los demás lloraban por el fin, tu saltabas de emoción ya que por fin se había acabado.

Tu adolescencia, vaya que rápido pasa el tiempo ya eres joven, 18 años, y lo que falta. La etapa en la que te encuentras es la más difícil para ti al igual que la más bonita en todo este tiempo; pasaste a la preparatoria, recuerdo ese miedo que tenías porque tu primer día irías sola, sin tu mamá, claro ya estas grande tenías que empezar a hacer las cosas por ti misma. Ahí pasaste 3 años de tu vida muy diferente a todos, hiciste nuevos amigos, tanto de tu edad como a tus profesores, siempre has tenido la cualidad de caerles bien, hasta te tutean y todo, tuviste momentos que jamás olvidaras, hasta el final de año fue el "típico final inesperado" que jamás hubieras imaginado. Sé que llevas en tu mente el recuerdo de la persona que te ayudo a exterminar a estos fantasmas que mencione, y algunos que no quieres recordar. Esta persona te ayudo mucho, a pesar que no confiabas en ella, te ayudo a valorarte y a valorar, a recordar que los momentos y las personas son pasajeros que tienes que disfrutar cada día, olvidar a ese pasado muerto y construir un futuro con este presente que es hoy.

Jaky, (como te gusta escribirlo), esta ya es la despedida, me da mucho gusto saber que ya cumpliste con tu misión, dejaste de echarte la culpa por tu pasado, dejaste de sentirte la mala de tu propio cuento, y Aprendiste, estoy orgullosa de ti. Sé que te queda aún muchísimo por vivir pero hoy ya logre que consiguieras las armas necesarias para todo lo que falta.

Mi misión contigo ha terminado, jamás olvides que siempre estaba al pendiente de ti, y lo seguiré estando pero ya es momento que tu sigas sola en tu camino, recuerda que cada cosa mala que te pasa siempre traerá algo bueno, nunca olvides que la vida es para Vivirla, valora a quien está a tu lado y nunca dejes de imaginar pero tampoco olvides tu realidad.

P.D.: aprendiste muchísimo, sigue disfrutando cada momento de tu vida, te quiero mucho.

Atte.: Meypar

Escritor 0006 - Jaky Gómez

martes, 13 de marzo de 2018

Escrito 0005 - Crónicas de demonios Belcebú

Escrito 0005 - Crónicas de demonios Belcebú
Javier Fernández
Era una noche tranquila, la luna resplandecía en el cielo y soplaba una brisa fresca. En la calle, algunas personas caminaban cabizbajas, algunas presurosas, después de un arduo día laboral.
Damián volvía a casa, o lo que el llamaba casa; un departamento situado en el quinto piso de un edificio viejo y poco llamativo.
Consultó su viejo reloj de pulsera, eran exactamente las diez de la noche y Damián notaba el movimiento de sus tripas, tenía hambre.
Había tenido un día pesado, trabajaba como la mano derecha del director de una importante empresa de la ciudad y aquella mañana había sido de las peores.
Su jefe, un hombre entrado en años, calvo y pasado de peso, no era una persona demasiado razonable. Le gustaba mandar, hacer las cosas a su manera, tratar con desprecio a sus empleados... En resumen, era un completo idiota.
Damián lo sabía con certeza, pero aguardaba el momento exacto para largarse, Había visto algo en él, un atisbo de astucia para los negocios, que era difícil de apreciar en primera instancia, pero que existía.

Mientras caminaba de regreso, al doblar la esquina, Damián reparó en algo un poco inusual. No era demasiado tarde y la calle estaba desolada. Trató de recordar, pero no se percató del momento en el que todo se volvió silencioso.

Sabía que algo no iba bien, o que por lo menos había algo fuera de lo común, y no se equivocaba. De hecho rara vez lo hacía. Damián era un chico normal en muchos aspectos, con cabello negro y rebelde, ojos castaños y vivos, llenos de expresión... pero en su interior había algo, algo diferente que no sabía explicar,.

Se quedó pasmado un segundo, de pie en medio de la calle, sin estar seguro de conocer la razón por la cual se había detenido. ¿Por qué siempre sabía? Se preguntó.
Era complicado sorprenderle, estaba claro. Siempre había adjudicado ese detalle a su agudeza mental, pero ahora que lo pensaba, era algo más.

Como si de antemano supiera lo que iba a suceder. No importaba si lo sabía con días de antelación o una fracción de segundo antes de que sucediera, el caso es que no se sorprendía. Siempre terminaba por descifrar cualquier eventualidad, antes de que ésta sucediera.

Levantó la mirada y observó. Todo estaba en calma, silencioso... helado.
Un escalofrío recorrió su brazo izquierdo, subió hasta el hombro y se apoderó de todo el cuerpo. La temperatura de la calle había descendido considerablemente, notó que su respiración se condensaba ante sus ojos. Ahora el silencio era casi tangible, le oprimía los oídos, no había luz.
¿¡Y la luna!? Volteó la mirada hacia el cielo, para encontrarse cara a cara con ella, pero... ¿Qué pasaba? La luna brillaba con intensidad, pero apenas reflejaba un resplandor trémulo sobre la calle.
Ya no estaba tranquilo. Sintió como se aceleraba su pulso, la vena que saltaba en su frente nunca mentía.
Tratando de dominarse, tomó una bocanada de aire gélido que le acuchilló los pulmones, y aunque doloroso, fue efectivo. La baja temperatura del aire le congeló, pero a la vez lo tranquilizó, lo hizo recordar.
¿No había estado ya en una situación similar? Se limitó a asentir para sí mismo levemente con la cabeza, rememorando las interminables noches, donde intentaba conciliar el sueño rodeado de una masa de aire frío como aquel.

Tras un instante, se calmó. Abrió lo ojos e intentó caminar. ¿En qué momento había cerrado los ojos? Algo no le gustaba. La sensación no era del todo diferente, sin embargo, había algo extraño. Había alguien.
Lo supo del mismo modo en que siempre sabía, casi por instinto.
Consiente de que podría encontrarse en peligro, cerró los puños y tensó los músculos de todo el cuerpo preparado para correr o pelear, lo que sucediera primero.
Dio un pestañeo rápido, tomó una bocanada de aire como preparándose a nadar y se giró... Nada. No había nadie a su espalda, pero la sensación de peligro no desapareció, por el contrario, se hizo aún más grande.

Un par de ojos lo veían desde lo alto de un árbol seco. De tonalidad ámbar, pequeños, brillantes e intensos. Era una lechuza.
Lo confirmó al escuchar un ulular suave y acompasado, proveniente desde una rama sea de un viejo sauce.
El ave lo miraba fijamente como invitándolo a acercarse. Damián intentó moverse pero no lo consiguió; tenía los puños fuertemente cerrados, la mandíbula apretada y respiraba con dificultad.
En definitiva algo no iba bien, había perdido todo rastro de tranquilidad. Se sentía amenazado, se mantenía alerta, concentrando toda su atención en ojos y oídos, para advertir la presencia de cualquier cosa.
Entonces escuchó.
Alguien se acercaba por su costado izquierdo, lo escuchaba claramente, intentó con todas sus fuerzas voltear, sin éxito.
Mantenía los ojos fijos en aquel par de gemas ámbar, cómo hipnotizado.

Advirtió que los pasos se acercaban, en pocos segundos tendría muy cerca a la presencia y no podría escapar. Sopesaba sus posibilidades, inmóvil como se encontraba, su cabeza no dejaba de buscar una opción, una salida.

Cesaron los pasos.

Desconcertado, Damián parpadeó y no vio más aquel par de ojos amarillos. Sintió una brisa cálida y quedó completamente perplejo. Notó que podía moverse con facilidad y que a lo lejos se escuchaba el murmullo habitual de las calles.

Despacio y con curiosidad, consultó nuevamente su reloj... las manecillas, en un ángulo agudo, indicaban las diez de la noche, en punto.

Escritor 0005 - Javier Fernández

lunes, 12 de marzo de 2018

Escrito 0004 - La muerte de un escritor

Escrito 0004 - La muerte de un escritor - Edwin T. Luna
Tuve una experiencia cabalística, la más grande sensación que puede tener el hombre o al menos que yo haya tenido. No pude escribirlo enseguida ya que no estaba seguro: entre la realidad y un sueño. Ahora que lo estoy, trataré de ser explícito y lo más apegado a la realidad del suceso.

Sucedió el 20 de agosto de 2017. Salí a las 9:30 am, me dirigía a mi empleo. ¡Trabajo en una fábrica de alimentos que detesto! Tomé el camión ya tarde. Seguramente ahora sí me despiden, es la tercera vez que llegaré tarde. Traté de imaginar un mejor empleo, uno no tan miserable, uno que me hiciera sentir útil o importante. No me interesa lo que me paguen con tal de ser yo mismo… pero…¡Bueno! Necesito pagar mi comida, el agua, debo el internet desde hace cuatro meses. ¡También debo un colchón que terminó siendo una porquería!... Pero eso es mejor que dormir en la dura y sucia colchoneta que tenía antes ¡Me lleva la chingada! No puedo perder el trabajo.

Saqué mi libro y comencé a hojearlo: Hollywood. Es la segunda vez que lo leo. Encontré algo raro, una página a la mitad del tomo, sin foliar, debe ser un error de editorial. Pensé… mi cuerpo se estremeció, quedé paralizado, dejó de existir el tiempo, mi mente ya no pensaba y mis ojos estaban fijos en aquella página hasta que se ennegreció lentamente mi mirada. Sentía un frío que recorría todo mi cuerpo, ese frío se reía de mí y el silencio ensordecedor y esa quietud del cuerpo -que se habría confundido con la de un cadáver- las letras, las palabras que giraban en mi mente, con bailes obscenos, lentamente se acomodaban. "El cuerpo de Hugo Fuentes ha sido encontrado sin vida la noche del 19 de agosto, se desconoce la causa de su muerte…"

¡Bajan! ¡Bajan! Solo eso alcance a decir, necesito aire y comencé a caminar sobre la carretera en sentido contrario. Cuando busqué nuevamente esa página ya no estaba, un libro ordinario, ¿qué es lo que me pasó?... El viaje, de camino a casa, el origen, vida, muerte, querer conocer lo que no nos ha sido concedido saber, los pájaros, los perros ¿Cuál es la diferencia entre ellos y nosotros? Corremos tras el mismo destino "La Muerte" y después ¿qué? ¿Nunca podremos ser eternos como el mar, como la luna o el sol? Los árboles en el cielo y la tierra, viven la misma agonía… Interminable camino de tierra brillante y segadora tierra fina, granitos de oro, de vida, se disipó ese frío de los huesos y albergué un creciente calor en mi cuerpo. Cada paso que daba se hacía más insoportable. Esos granitos de vida ya parecían llamas que emergían del suelo, la suela de mis zapatos se pegaba a la tierra, derretida bajo la planta de mis pies, como caminar en el infierno. Se me hacían más pesados los pasos que daba hasta que me fue imposible dar uno más. Alcé la mirada ya cansada, con los párpados entreabiertos, miré frente a mí lo más triste para un hombre que no ha vivido, mi propia tumba. Había caminado hasta llegar al panteón de Villa Alta. Me arrodillé con lágrimas en los ojos y tomé con mis dos manos la tierra que aun estaba fresca. La estrujé, rehuyendo mí destino como si pudiera cambiar ese hecho. La apreté con una fuerza tal, como si fuese posible ahogar la tierra que me oprime en la sepultura; no entendí lo que hacía ahí, ni si ya había muerto ¿Es que la gente ya no me ve? ¿Es que soy un espíritu? Me levanté y salí del panteón confundido. "Esto es solo un sueño", pensé. Me desvestí completamente y caminé por Villa Alta. No tardó mucho para que una patrulla de policías me detuviera, me dieron un pantalón y me llevaron a la presidencia municipal. Durante todo el camino los policías rieron con gran pedantería. Cuando llegamos, el jefe de policía me preguntó:

-¿Te sientes bien Hugo? ¿Por qué lo hiciste?

Omití sus preguntas y le dije:

-¡Señores, yo he muerto!

-Los muertos no caminan desnudos como si nada en la calle- me contestó con una carcajada.

-Es que no se dan cuenta de lo que me pasa, mi cuerpo descansa en el panteón del pueblo y yo… ¡Pueden ir y comprobarlo no les estoy…!

-¡Lo único que pasa aquí, Hugo Fuentes, es que me quieres ver la cara de pendejo!

-Por el cariño que le tuve a tu madre, Aída, en paz descanse, te voy a dejar ir ¡Ay de tí si se te ocurre burlarte de mí otra vez porque no te la acabas!

-¿Puede darme algo con que cubrirme?

-Pero… si los muertos no visten- replicó, nuevamente riéndose, y me dio un abrigo.

Salí de ahí, aun desconcertado, seguía sin entender nada. Vi mis muñecas, estaban marcadas por las esposas y me dolían. "Esto debe ser un mal sueño" pensé. Metí las manos a los bolsillos del abrigo y tenía un par de monedas. Fui a un teléfono público y le marqué a Sara.

-¿Bueno? ¿Sara?

-¿Quién habla?

-Soy Hugo.

-¿Qué pasa? Estoy en el trabajo, por qué no viniste ¡Te van a correr!

El silencio de apoderó de mí al tratar de entender lo que pasaba, es sueño eterno…

-¡Hugo, te estoy hablando! De seguro te fuiste de pedo, eres un estúpido holgazán.

Solté el teléfono, atónito, espantado "Lo que está fuera del sueño y la realidad es la locura". Perdí mi trabajo… perdí… lo perdí…hay gente, dolor, dinero, susurré
"Perdí mi trabajo y sigo con vida, habría sido mejor la muerte" pensé.

-¿Señor, se siente bien? Me preguntó un indigente que estaba cerca de mí.

-Creo que nunca me he sentido bien- le contesté y me fui.

Caminé a un parque, estaba en busca de un trabajo, pero ¿Quién le dará trabajo a un hombre de 41 años sucio y con ropas viejas?

-Y ¿cómo vas con Daniel?

-Pues no sé, es que es súper raro, a veces me hace caso y después me ignora.

-Tú deberías tirarle la onda, te conviene Pao, su papá tiene dinero, es ingeniero.

-Ay, ya sé, pero me da pena. No quiero que piense que soy una ofrecida.

-Si no te aplicas ¡otra te lo va a ganar!

-Pues ya ni modo, amiga.

Los jóvenes siguen siendo jóvenes ¿Y qué es la juventud? La ingenuidad, vivir rápido, creer tener todas las respuestas, creer que la experiencia de un anciano no es válida, ese ímpetu. Ese aliento de la juventud termina siendo estupidez, se convierte en amargura, desdicha y yo, un vivo muerto en este parque, nadie se acerca a hablarme, nadie voltea a verme si quiera, no tengo nada que ofrecer, la peor muerte es la de la exclusión, esa muerte vacía.
-We ¿ya viste los nuevos Gucci? Están muy cool.

-Sí, we, ya los vi, me los voy a comprar en la quincena.

-Yo también, antes de que todos los tengan.

-Cuando todos los tienen ya se ven muy nacos.

Esto es absurdo, en este mundo de apariencias no soy nadie, todo está monetizado, parece que la economía es una religión en la que todos están bautizados. Todos creen, confían sus vidas a una medida inestable, esperan las bendiciones de su dios, uno físico. Hablan y hablan de intereses económicos pero no entienden que el dinero no se interesa por ustedes.

No recuerdo en qué momento me levanté de la banca y me fui. Caminaba ya muy despacio, mi vista solo alcanzaba a ver la tierra rojiza de las calles de Villa Alta, miraba cómo el color rojo intenso era devorado rápidamente por las sombras de la calle. Desaparecían las piedras, las personas, el mundo en penumbra, cuando el último grano de arena fue ejecutado por el juez de la obscuridad. Levanté la mirada, estaba en el panteón, pero este es mucho más grande, decidí recorrer el panteón, hay miles de nombres aquí ¡Todos los nombres están aquí!

Pero no encuentro el mío…

¡Todos ellos también murieron!
Sara, Jorge mis padres, todos están muertos. Murieron desde hace mucho y cada día que pasa siguen trabajando bajo el mismo sol, parece que hacen un esfuerzo colectivo ¿para conseguir qué? Muertos que lloran a sus muertos, los entierran y siguen esperando la salvación de su ídolo económico, estos hombres ya ni siquiera tienen criterio propio, no se preocupan por encontrarse, no se preocupan por vivir, toman lo que les imponen y creen ser felices.

Algunos nacen y mueren al poco tiempo, otros nacieron muertos, en su primer suspiro de debilidad dejan ir su vida. Tienen atado su destino, el mundo entero ha llegado por fin a su óbito inexcusable.

¿Y cuándo nacieron todos estos?, ya lo entiendo, nadie recuerda cuándo nacieron. No existen si no viven, si pudieran vivir habrían tenido el consuelo de la muerte. A quien conoce la felicidad en el sufrimiento se le ha presentado el amor más puro de la vida.

Y yo, estoy comenzando a vivir.

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Participante 0004 - Edwin T. Luna

viernes, 2 de marzo de 2018

Escrito 0003 - Inicio de la migración

Escrito 0003 - Inicio de la migración - Mariposa Monarca
Había un hombre que encontró una avecilla herida mientras iba al trabajo entonces el hombre sintió nostalgia decidiendo llegar tarde al trabajo volvió a casa con el  ave .
Aquel  hombre le dio mucho amor y en pocas semanas el ave se recuperó . Cuando vio que era hora de dejar la ir la metió en una cajita de cartón que tenia hoyos , llevándose la a un parque cerca abrió la caja y gritó :
— ¡¡¡Se libre amiga mía !!!
La ave no salió.
— Tengo miedo -.se escucho un pequeño murmullo que era casi inaudible .
— Lo sé y te comprendo , yo también tengo miedo de dejarte ir en tremendo mundo cruel . Pero es parte de la vida yo te ayudé a sanar ahora te toca a ti  afrontar lo de más. No olvides que no estás sola cuando temas demasiado y crees que el lugar donde estas y las personas con quien estás no son adecuadas puedes volver yo estaré contigo . Te pido que des una oportunidad  en realidad varias antes de rendirte  y cuando estés cansado de tus éxitos vuelve para celebrarlo.
El ave extendió sus alas en dentro de la pequeña caja  y  salió rápidamente de ella a pesar que se callo volvió a intentarlo y voló lejos  sin despedirse por que volvería.
Este es mi pequeño mito de como se creo la migración de las aves que con fe  esperan volver al aún lugar seguro que siempre será su hogar .
Esto está inspirado en mi padre que siempre me deja migrar a mejores  lugares pero sobre todo deja volver  a casa .

Participante 0003 - Mariposa Monarca

Escrito 0002 - Tempestad

Escrito 0002 - Tempestad - M.A.M.G.
Mi corazón es como un mar, a veces tranquilo, otras con viento, algunos días soleados, a veces las gaviotas vuelan en él y otros el cielo está despejado, hay ocasiones en que llegan las tormentas y se vuelve tempestad, las olas se agitan y corren unas detrás de la otra, cada vez más grandes a tal grado de ser mortales, cuándo eso sucede no sólo tengo miedo, sino que no sé que hacer pare ser que esa tempestad igual afecta mi mente, si bien es cierto que él corazón y la mente son dos cosas muy distintas, también lo es que por muy distintas que sean ellas están conectadas repercutiendo la una en la otra, si esto no fuera poco, la tempestad despierta los monstruos que duermen en mi corazón volviendo las cosas aún más complicadas, los mejores días es cuándo el mar está tranquilo y con buen viento para navegar, pues esos días mi corazón manda barcos en expediciones en busca de ella, la cuál aún naufraga por el mundo, tal vez un buen día un navío tendrá suerte.

Participante 0002 - M.A.M.G