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viernes, 28 de agosto de 2015

28 de Agosto.

“[..] Los años transcurren por nuestra vida dejando una especie de cicatrices en ella, suelen quedar de diversas formas posibles, algunas son de un color blanco platinado y las llamamos canas… otras más suelen tener curvaturas en la piel a las que llamamos arrugas… y otras más… suelen pasar desapercibidas y se esconden en lo profundo de nuestro corazón…”

Hoy conmemoramos a esas personas mayores, esas personas que han vivido por diversas experiencias en el caminar de sus días. Hoy celebramos el día del adulto mayor, y que en la mayoría de los casos, suelen pasar desapercibidos por la sociedad, puesto que ya no son “útiles” para una sociedad consumista y materialista, y solamente ocasionan “problemas y dificultades” debido a sus enfermedades, trastornos e ideas que pudieran tener.

Esas personas adultas, fueron las que bien o mal, construyeron nuestro ambiente, nuestra sociedad. Son ellas las que en algún momento tomaron sus propias decisiones para que el mundo fuera el lugar que es hoy, para que la existencia humana continuara sobre-existiendo en este planeta.

Muchos de ellos son Padres, Abuelos, Bisabuelos y algunos hasta tienen la dicha de ser Tatarabuelos, Personas que con sus experiencias de vida, su ejemplo, las prácticas que fueron transmitiendo a los suyos, las enseñanzas que ellos fueron aprendiendo a su forma, sus estilos de vida, y sus gustos propios, fueron y han seguido siendo transmitidos de generación en generación.

De igual manera, lamentablemente, para muchos no les ha tocado vivir en un mundo ideal, en un mundo en el que puedan vivir plenamente, seguir disfrutando de un nuevo amanecer, seguir viendo la grandeza de lo que es despertar un día más… muchos ya no se encuentran con nosotros, y a otros más… nosotros mismos, los hemos ido alejando de la “sociedad” como si fueran una peste, como si tuvieran alguna enfermedad transmisible… ¿Por qué? Porque ya no son base “fundamental” de la sociedad, porque ya no trabajan, porque “ya no sirven”, porque se la pasan enfermos, neuróticos, o deprimidos… pero… ¿Qué hacemos nosotros por ellos?

Hay varias personas adultas que terminan sus días en un asilo, que si bien, es un lugar donde pueden atenderlos en sus necesidades, los ayudan en su limpieza y están al pendiente las personas que laboran, de sus alimentos, de su medicamente o de lo que pudiera ocurrirles… no es un “basurero” a donde llevar lo que “no nos sirve”. En algunos casos es conveniente que los cuiden y los apapachen como lo hacen en un asilo, pero no por llevarlos a ese lugar los abandonemos de por vida, se sienten alegres y contentos con la visita de sus seres queridos, les da energía y fortaleza para seguir adelante, les impulsa a vivir, puesto que ellos notarán que no los han abandonado, que si bien, se encuentran en un lugar así, es para que estén más al pendiente de lo que les ocurre…

Hay otros, que no sabría explicar qué hubiese sido mejor, si hubieran quedado tras las rejas, o en la situación que se encuentran, puesto que parecieran estar en total confinamiento, a la buena de Dios, sin nadie que vele por ellos y sus necesidades, esos adultos mayores que, ya sea porque sus familiares hayan fallecido o porque se hayan ido lejos, han quedado en total abandono y, a medida de sus posibilidades, han seguido saliendo adelante, buscando su propio sustento y pasando sus últimos días sin personas con las cuales compartir lo que sienten, lo que les pasa o alguna enfermedad por la que están padeciendo…

Y existen otros más, otros que suelen ser muy pocos los que se encuentran en tal situación… Ellos han disfrutado de un pedacito de cielo, antes de acercarse a él, porque ya sea por familiares suyos; cercanos o lejanos, o simplemente por el alma caritativa de alguna persona que sin llamarle nada, los han acompañado en esos últimos días, estando al pendiente de sus necesidades, de sus alimentos, y que… aunque pudieran estar de mal genio en algunas ocasiones, están al cuidado y al pendiente de lo que les hace falta, de ver por ellos, aún sin deberles nada a cambio. Esos adultos mayores seguramente que disfrutan de ese terroncito de cielo en la tierra misma…